Los tatuajes y piercings llevan siglos acompañando a la humanidad como expresiones culturales, espirituales y personales. Sin embargo, todavía existen muchos mitos y creencias erróneas que generan dudas o incluso miedo entre quienes desean iniciarse en el arte corporal.
En este artículo desmentimos los mitos más comunes sobre tatuajes y piercings, con información basada en la experiencia de profesionales del sector, ciencia médica y buenas prácticas actuales.
1. “Los tatuajes duelen igual en todo el cuerpo”
Falso. El dolor depende de la ubicación del tatuaje. Hay zonas con más terminaciones nerviosas y menos grasa (como costillas, dedos o tobillos) que son mucho más sensibles. En cambio, áreas como el brazo externo o el muslo suelen ser más tolerables.
2. “Los piercings se infectan fácilmente”
Falso, si se cuidan bien. La mayoría de las infecciones en piercings se deben a una mala higiene o manipulación constante con las manos sucias. Si el procedimiento se hace con material esterilizado y se siguen los cuidados adecuados, el riesgo es muy bajo.
3. “No puedes donar sangre si tienes un tatuaje”
Depende del país. En la mayoría de lugares, sí puedes donar sangre si ha pasado un período de espera (normalmente 4 a 6 meses) desde que te hiciste el tatuaje o piercing. Este tiempo permite descartar posibles infecciones. Lo mejor es consultar con el banco de sangre local.
4. “Los tatuajes se ven mal cuando envejeces”
Parcialmente cierto, pero evitable. Como cualquier parte del cuerpo, la piel cambia con el tiempo. Sin embargo, si el tatuaje fue bien hecho, en una zona adecuada, y se protege del sol, puede conservarse nítido durante décadas. La técnica del artista y los cuidados posteriores marcan la diferencia.
5. “Los piercings orales dañan los dientes siempre”
Falso. Si se usan joyas adecuadas y se evitan hábitos como morder el piercing o jugar con él, el daño a dientes y encías puede evitarse. Las visitas regulares al dentista también ayudan a prevenir complicaciones.
6. “La tinta del tatuaje es tóxica para el cuerpo”
Falso, en la mayoría de los casos. Las tintas modernas están formuladas para ser biocompatibles y seguras. Eso sí, es importante acudir a estudios profesionales que utilicen tintas certificadas y evitar productos de origen dudoso.
7. “Los tatuajes sangran mucho”
Falso. Un tatuaje bien hecho sangra mínimamente. Si sangras en exceso, puede ser por una presión inadecuada de la aguja, consumo de alcohol o ciertos medicamentos previos al tatuaje.
8. “No puedes tatuarte si estás embarazada”
Verdadero. Aunque no hay evidencia concluyente de daño directo, durante el embarazo el sistema inmunológico está alterado y hay mayor riesgo de infecciones. Además, algunos componentes de la tinta podrían atravesar la placenta. Por precaución, se recomienda esperar.
9. “Las personas con tatuajes no consiguen trabajos serios”
Cada vez menos cierto. La percepción social ha cambiado. En muchas profesiones creativas, deportivas o tecnológicas, los tatuajes son normales o incluso bien valorados. No obstante, en entornos muy conservadores puede que sea mejor mantenerlos discretos.
10. “Los piercings dejan agujeros permanentes”
Depende del tipo de piercing y del tiempo que haya estado colocado. Piercings como los del lóbulo suelen cerrarse fácilmente si se retiran tras poco tiempo. Otros, como el septum o la lengua, pueden dejar marcas leves. Los estiramientos (dilataciones) sí dejan huellas duraderas.
11. “Los tatuajes se expanden y deforman con el tiempo”
Parcialmente cierto. Todos los tatuajes se ven afectados por el paso de los años, pero si se aplican con buena técnica y se evita el sobrepeso o pérdida drástica de peso, se mantendrán estables por mucho tiempo.
12. “El color duele más que el negro”
Falso. El dolor no depende del color, sino del número de pasadas y la técnica. Algunas zonas requieren más capas de color, lo que puede generar más sensación de molestia, pero no es por la tinta en sí.
Los tatuajes y piercings son formas legítimas de expresión corporal, pero deben realizarse con responsabilidad, información y en manos de profesionales. No te dejes llevar por mitos ni por opiniones no verificadas. Consulta siempre con especialistas, investiga el lugar donde vas a tatuarte o perforarte, y asegúrate de entender los cuidados posteriores.
En Lembruix trabajamos desde el conocimiento, la experiencia y la transparencia para ayudarte a tomar decisiones seguras, estéticas y conscientes sobre tu cuerpo.